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- Estas cifras previsiblemente seguirán creciendo en 2020, si nos atenemos al dato de que en los primeros siete meses del año, y como consecuencia directa de la pandemia del Covid-19, se ha multiplicado por seis el número de familias cordobesas que recurrían a Cruz Roja en busca de ayuda para cubrir necesidades básicas.
Un total de 91.717 recibieron algún tipo de apoyo o atención por parte del voluntariado de Cruz Roja Española en Córdoba a lo largo de 2019, lo que supone un incremento del 16 por ciento respecto al año anterior, cuando esa cifra ascendió a 78.850 ciudadanos.
De ese montante global, 74.333 fueron ciudadanos con los que se intervino de manera individual a través de alguno de los muy diversos proyectos de la entidad, mientras que los 17.384 restantes participaron en alguna de las numerosas iniciativas de educación y sensibilización impulsadas por la organización, que abarcan temáticas de distinta índole, desde salud, sexualidad y prevención de conductas violentas entre los adolescentes hasta las migraciones forzosas o los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Ese aumento en la actividad fue posible solo gracias a los más de 20.000 ciudadanos en la provincia que regalan parte de su tiempo (4.323 voluntarios/as) o su dinero (16.064 socios) a la entidad, solidaridad sin la que no sería posible dar respuesta a tal volumen de atenciones.
“El impacto y los efectos de la actual crisis sanitaria han hecho del año 2019 un referente de «normalidad». Pero las pandemias en la sombra ya nos acompañaban: la necesidad, la soledad, las desigualdades y las injusticias tienen su reflejo en los datos de esta memoria. Como también, la humanidad, la solidaridad, la valentía y el coraje; valores y actitudes de nuestros voluntarios y voluntarias”, destaca Cándida Ruiz, presidenta provincial de Cruz Roja.
Fruto de esa generosidad y entrega y del trabajo conjunto de muchas personas, la entidad pudo intervenir el pasado año con muchos colectivos y dar respuesta a multitud de demandas diferentes, tal y como recuerda Ruiz. “Gracias al voluntariado, al trabajo de nuestros equipos, a la generosidad de nuestros socios y socias, a la colaboración de empresas y al apoyo y confianza de administraciones públicas, atendimos el sufrimiento. La suma de muchos esfuerzos ha creado una sólida estructura que nos permite dar respuestas adecuadas” a cada situación.
Y es que los servicios e iniciativas promovidos por la organización abarcan prácticamente todos los sectores de población, desde mayores hasta infancia, pasando por personas con discapacidad, inmigrantes, refugiados, drogodependientes, mujeres en dificultad social, personas afectadas de VIH/SIDA, familias con escasos recursos económicos o incluso habitantes de otras zonas del mundo necesitadas de ayuda humanitaria y de programas de cooperación al desarrollo.
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Los datos recogidos en la Memoria del pasado año dan fe del esfuerzo del voluntariado de la entidad: la respuesta a las necesidades básicas de familias en situación de extrema vulnerabilidad, junto a la intervención con personas mayores, mujeres, inmigrantes y refugiados y la promoción del empleo acapararon un año más el mayor volumen de atenciones; pero junto a ello, más de 11.000 niños y niñas, adolescentes y jóvenes participaron en talleres y actividades de Cruz Roja Juventud; 1.400 ciudadanos de la provincia fueron atendidos por los servicios de Socorros y Emergencias; y más de 16.000 se formaron a través de alguno de los cursos impartidos por la organización.
Tampoco se pueden pasar por alto los proyectos de cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria apoyados por la institución en lugares como Guatemala, Honduras o Ruanda; ni las 2.443 personas con la que se llevaron a cabo actividades desde ‘Andalucía Compromiso Digital’, iniciativa impulsada por la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad y gestionada por Cruz Roja.
Es previsible que las cifras de atenciones por parte del voluntariado de Cruz Roja sigan creciendo en 2020, si nos atenemos al dato de que en los primeros siete meses del año, y como consecuencia directa de la pandemia del Covid-19, se ha multiplicado por seis el número de familias cordobesas que recurrían a Cruz Roja en busca de ayuda para cubrir necesidades básicas.
Balance global de personas beneficiarias
Personas atendidas: 74.333 (70.893 en 2018)
Personas participantes en acciones de educación y sensibilización: 17.384 (7.957 en 2018)
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Total personas beneficiarias: 91.717
Presupuesto: importe y origen de los ingresos
#CRUZROJASONPERSONAS COMO ESTAS…
Carmen Domínguez, voluntaria: “Ser voluntaria es una forma de adquirir nuevas capacidades”
Carmen es un torrente de espontaneidad, alegría y optimismo. Su experiencia en el extranjero le ha ayudado a potenciar esa faceta suya y a eliminar estereotipos y prejuicios de su imaginario a la hora de tratar con las personas. “Lo único que veo cuando conozco a alguien es a una persona. Nada más”, explica. Actualmente colabora en el taller de alfabetización del programa de acogida a personas inmigrantes y refugiadas, donde imparte cursos de español. “A mí Cruz Roja me da más de lo que yo doy”, afirma convencida.
Ángel Luis Marcos, voluntario: “Nuestra prioridad no es tanto darles alimentos o ropa como hablar con ellos”.
Cada jueves desde hace ya cuatro años, Ángel sale junto a un equipo de voluntarios y voluntarias a recorrer las calles de Córdoba para entregar alimentos y ropa a las personas sin hogar. Lo hace como parte de la Unidad de Emergencia Social (UES), de la que es referente desde hace dos años. Además, también colabora como voluntario tutor para ayudar a que las nuevas personas voluntarias se integren en la organización.
Iryna Shamradzhi, refugiada ucraniana: “No se qué habría hecho sin Cruz Roja cuando llegue a España sin nada ni nadie”
Iryna huyó de Ucrania, perseguida por su ideología política. “Llegó un momento en el que empecé a temer por mi vida”, revela al recordar las amenazas que sufría. En Córdoba encontró un nuevo hogar, donde ha acabado reuniendo a su hija, a su hijo, además de a su nuera y sus nietos. Aparte de un lugar de acogida, con Cruz Roja Española también encontró algo fundamental: una oportunidad laboral, gracias a un curso de formación que le abrió el camino a su primer trabajo en España: en una empresa de medicamentos.
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